miércoles, 29 de septiembre de 2010

Ensayo de una mente delirante. Cap 1


Hoy es uno de esos días en los que creo estar completamente loca, de esos días en que me duele la cabeza y siento un vacío existencial en el pecho.
Hoy es uno de esos días en lo que dibujarme líneas es un desahogo irracional, pero aún así útil; de esos días donde pienso y hago cosas fumadas, aún sin saber como es estarlo, ¿me explico?
Hace frío y me pongo el ventilador, maquino testamentos en mi mente y contesto monosílabos, me pesan los párpados pero nunca estuve tan despierta.
Estoy cansada, eso pasa, mi cuerpo no da más, necesito un tiempo. ¿Hago actividades que me cansen? No. Entonces, ¿por qué estoy cansada? Porque mi mente es la que no da más, la agotada, y como el cerebro controla todo, si éste pide un break, lo pide para él y para el resto de mi organismo.
¡No doy más! No puedo estar en paz conmigo misma, siempre termino complotándo contra mi felicidad, pareciese que no me puedo permitir ser feliz, me pongo obstáculos a mí misma, me caigo y no me dejo levantarme.
A toda esta hermosa situación, agrégenle una pizca de soledad. Sí, me siento sola. Estoy rodeada de manos pero no llego a estrechar ninguna. Divino lo mío. Pero, ¿en verdad están esas manos? Últimamente siento que estoy perdiendo varias, demasiádas, siento que esas manos se alejan, y no hago nada para que vuelvan, no las persigo, las dejo ir. No sé en quién confiar, a quién pedirle ayuda, no sé nada, y creo necesitarlo todo.
Ah, me olvidaba de mencionar mi creciente intolerancia y elitismo. Porque estas dos cosas crecen dentro de mí, y paulatinamente me llevan, me corrompen, me transforman en un ser que no quiero ser... ¿o sí quiero? No sé que pensar sobre esto, me marea, me confunde, me frustra, chau.

Súmen todo, mezclénlo bien y sírvanlo en un vaso con el borde decorado con azúcar y menta, y tendrán un hermoso cóctel suicida perfecto.
Pero no da matárse, por dos motivos fundamentales. El primero, es que es egoísta y me termino cagándo yo, porque me lloran un rato (ahí lo egoísta), pero después avánzan todos con sus vidas, todos menos yo, que voy a estar dos metros bajo tierra. Segundo, no tengo ni los ovários ni tantas ganas.
El cóctel de mi vida es difícil de digerir, o por lo menos así lo siento yo, agrio y pesado, sólo espero que al terminar el vaso, haya un dejo de azúcar en el fondo.


1 comentario:

  1. voy a ser clara y concisa en mi respuesta a tu entrada. ¡Ahí va!
    DEJATE DE JODER Y TE QUIERO ♥


















































    jajaja, nono, tan garca no soy.
    Escuchame negra! yo estoy siempre, aunque ahora como dice tu nota no lo sepas o no lo veas, NO ESTAS SOLA!
    Pero nose, cuando quieras hablar, te den ganas, me avisas y charlamos. PRONTO vienen mis inalambricos :D you know ♥

    ResponderEliminar