lunes, 26 de septiembre de 2011

Nothing even matters...







Estampó sus labios sobre los míos, silenciando mi protesta, mientras me sujetaba la nuca con la mano libre, imposibilitando cualquier conato de fuga. Me besó con ira y violencia. Empujé contra su pecho sin que él pareciera notarlo. A pesar de la rabia, sus labios eran dulces y se amoldaron a los míos con una nueva calidez.












Suena mi celular, salgo corriendo y una línea curva se forma en mis labios. Me hacés sonreír.

Llegás a casa de sorpresa, decís dos o tres palabras y una risita se escapa de mi boca. Me hacés reir.

Me mirás, me sonreís, me abrazás. Me hacés bien.

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