Creo que me estoy dando cuentas de muchas cosas. Miento. No es que estoy descubriendo cosas: las estoy admitiendo. Estoy dando por hecho algunas cosas que antes pretendía ocultar sobre mi, o cosas que me daban, en cierto punto, vergüenza admitir.
Miro para atrás y me doy cuenta de lo que me motivó a hacer ciertas cosas. Antes pensaba que lo hacía porque era algo natural en mi, algo innato. Me equivocaba.
Me siento a analizarlo y me doy cuenta que todo tiene un porqué, y que estos estaban muy claros, pero por a o por b me negaba a admitirlos. Creo, que el aceptar determinadas cosas me pone en obligación a afrontar algunas otras, y no sé si estaba mentalmente preparada para ello. Ahora lo estoy.
Me comporté como una estúpida en reiteradas ocasiones, e hice cosas por necedad y egoísmo. Me arrepiento de muchas cosas, pero el pasado no se puede cambiar, lo que pasó, pasó, y no hay nada que pueda hacer ahora para cambiarlo.
Lo que sí puedo (y quiero) hacer, es intentar ser mejor de aquí en más.
Quiero ser una mejor versión de mi.